«Muera el traidor», grita la multitud con antorchas mientras se dirige hacia la residencia de Manuel Godoy, el valido de Carlos IV.
Cada año, los habitantes de Aranjuez asaltan simbólicamente su palacio para conmemorar la revuelta que sacó del poder al monarca absoluto. Desde hace treinta años, la representación del Motín de Aranjuez de 1808 ha reemplazado a las antiguas ferias agrícolas de septiembre como la principal celebración de la ciudad, siendo la única en la Comunidad de Madrid que ha sido declarada de Interés Turístico Internacional.